DIOS ES AMOR
DIOS ES AMOR
EL AMOR DE DIOS
Pretender explicar el amor de Dios no es cosa fácil puesto que se trata de un sentimiento que rebasa ampliamente no solo nuestras expectativas, más aun, está por encima de nuestra capacidad de comprensión.
Cuando la Escritura dice: “porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo único para que todo aquel que en el cree no se pierda mas tenga vida eterna” (Juan 3:16), nos muestra la magnificencia de ese amor.
Es probable que hasta este punto no entiendas aun que tan grande es el amor de Dios, así que para tratar de entender esto quiero que pienses que hay una persona que tu no conoces que para poder sobrevivir necesita le dones uno de tus riñones, ¿Estarías dispuesto a hacer tal donación?, si eres absolutamente sincero lo mas probable es que tu respuesta sea “NO”, sin embargo si la persona necesitada fuera tu hijo o un ser amado por ti muy seguramente no dudarías en ceder tu riñón.
Con esto quiero que entendamos que Dios cedió a su hijo amado a fin de que la humanidad sea salva, Dios por amor permitió que Jesucristo fuera el sacrificio para asegurar a la humanidad (que lo acepte) una eternidad feliz. Esto significa para ti la seguridad de vivir para siempre en el reino de Dios. La humanidad no merece tal regalo, pero Dios lo ha hecho solo por amor; mientras que tú o yo estaríamos dispuestos a dar lo que fuera necesario y posible por el ser amado, Dios dio su vida en Cristo aun por aquellos que no le aman, Dios ama a toda la humanidad incluidas las personas que no creen en Él.
Aun es así es probable que te resulte difícil comprender esto, permíteme poner un ejemplo más; una publicación narra el caso de una mujer a quien le fueron implantados unos aparatos en sus oídos para que pudiera escuchar, ella antes no oía, era sorda, una vez que pudo hacerlo pasaba tiempo disfrutando los diferentes sonidos; alguien que no sabía que esta mujer había sido sorda le dijo que era un absurdo que dispusiera tanto tiempo solo para escuchar “ruidos”, esta mujer explicó que antes era sorda y no sabía si algún día volvería a dejar de escuchar, así que tenía que aprovechar el tiempo y conocer todos los sonidos diferentes.
Así, muchos cristianos andamos por la vida sin apreciar las ricas bendiciones que tenemos, es tanto lo que Dios nos da cada día que dejamos de apreciarlo, hemos perdido la capacidad de asombro por un bello paisaje, una flor, el canto de un ave, y por la vida misma de todas las personas con las que convivimos. Nos parece muy “normal” amanecer cada día, contar con un hogar, sustento, salud y lo más importante, contar con la vida misma, ¿será necesario que dejemos de gozar de las bendiciones de Dios para valorar su amor por nosotros?, espero que no.
Es muy común en los templos apreciar “caras largas”, personas aburridas que asisten con desgano, algunos quizá lo hacen a fuerza de la costumbre, otros por obligación, y quienes están así quizá se han preguntado ¿Por que debo congregarme con otros en un templo?, la respuesta es: para alabar y adorar a Dios junto con otros que comparten tu fe, y esto debe ser motivado por gratitud al amor que Dios tiene por ti. De hecho los templos deben ser centros de Adoración y Alabanza, donde puedas libremente reconocer la grandeza de Dios y manifestar con ello tu gratitud porque Dios te ama, te sustenta te cuida, y te da vida eterna feliz.
Cuando Jesús nos dice: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (Mateo 5:44-46), el Señor nos exhorta a vivir y practicar ese mismo amor que El tiene para nosotros.
Un amor difícil de entender, pues ¿Por que debo amar a mi enemigo o a quien ni siquiera conozco?. Hace unos días, fue capturado un personaje quien por casi 20 años estuvo prófugo y que fuera considerado el enemigo publico número uno. Este hombre aseguró estar arrepentido de sus crímenes y dijo que Dios le transformó, asegurando que Cristo mora en su corazón y citó algunos versículos. No solo la policía no cree en su cambio, sino que aun algunos “cristianos” no creen que Dios haya perdonado a un asesino de tal calaña; hoy esta en un penal de máxima seguridad.
A muchos cristianos nos cuesta trabajo entender que el amor de Dios comprende su perdón, sin importar la gravedad de nuestros pecados. Inclusive nos atrevemos a condenar a otras personas y hay quienes tienden a rechazar al pecador. Pero, Dios no es así. Debemos comprender que el pecado nos separa de Dios, Satanás que anda como león rugiente buscando devorarte, te incita a pecar, te ofrece “cosas bellas” que son pecado para que caigas, y una vez que lo haces, te acusa y te dice cuan malo eres y que no mereces el amor de Dios, te dice que eres un hipócrita y que no debes siquiera intentar la reconciliación.
La Biblia afirma: En 1 Juan 2:1-2 “1Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
Este pasaje pone de manifiesto que el perdón de Dios sigue siendo asequible para quienes ya son cristianos, es decir para quienes ya alguna vez pidieron perdón a Dios y reconocieron a Jesucristo como Salvador y Señor. Una de las grandes mentiras de Satanás que algunos cristianos han aceptado, es que después de haber reconocido a Jesucristo como Salvador donde al arrepentirnos fuimos perdonados y hechos nuevas criaturas, para nosotros ya no hay segundas ni terceras oportunidades, y si alguien peca, el diablo se encarga de poner en tu mente versos bíblicos tales como 2 de Pedro 2:20 al 22 que refiere que aquellos que después de haber sido salvos se vuelven atrás son como el perro que vuelve a su vómito a la puerca lavada vuelve a revolcarse en el cieno, y aunque esto es verdad, de ninguna manera la Escritura nos dice que se ha perdido a oportunidad de reconciliarse con Dios.
Es cierto que el pecado tiene un precio y que se cumple la sentencia “Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre sembrare eso también segara”(Gálatas 3:16), pero los brazos perdonadores de Dios siempre estarán abiertos, por una simple y sencilla razón. DIOS NOS AMA.
Dios es fiel a todas sus promesas, incluso pese a nuestra infidelidad. Jesucristo a respuesta expresa de Pedro respecto del perdón le dijo que hay que perdonar hasta 70 veces siete a quien peque contra nosotros, (Mateo 18:21-22) y en la parábola que conocemos como el “hijo pródigo” (Lucas 15:11) y que más bien debe llamarse “la parábola del Padre amoroso”, vemos como el Padre perdonó a su hijo pese a todo, así nosotros quienes hemos reconocido a Jesucristo como Señor y Salvador, somos HIJOS, y cuando nos volvemos atrás, cuando Satanás nos domina, seguimos siendo HIJOS DE DIOS, y el Señor está siempre dispuesto a perdonarnos y recibirnos de nueva cuenta.
Lo que quizá sea difícil de evitar son las consecuencias del pecado, pero de ninguna manera estamos condenados pues abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
Tal como lo mencioné al principio, pretender explicar o comprender el amor de Dios para los hombres no es cosa fácil, pero quiero que comprendas que Dios te Ama, Cristo por amor murió por ti, y no estás solo, el Señor ha enviado al Consolador, que es el Espíritu Santo para estar contigo por siempre.
No permitas que Satanás te aparte de Dios, reconoce la grandeza de Dios en tu vida y alábale porque Cristo vive, y acude al tempo a alabar y glorificar el nombre de Dios, no te contagies de quienes no aman a Dios, recuerda que la relación con Dios es absolutamente personal y gózate en el amor de Dios.
Dios te bendiga y te de sabiduría.
0 comentarios