Blogia
CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

MI TESTAMENTO PARA DIOS

MI TESTAMENTO PARA DIOS

MI TESTAMENTO PARA DIOS
 
Amigo mío, te dejo primero mi niñez, con ella mi inocencia, mi fantasía y mis viajes hacia ti, llevada por el ángel que pediste desde siempre que me cuidara a mí.  Te dejo de ella mis dolores, porque no sabía el porqué, aunque Tú siempre me decías que era un buen camino, que paso a paso yo lo entendería, que no lo resistiera, que le diera presencia, que él sería mi destino, no para que yo pensara que él era cruel conmigo o con otros niños como yo, que yo me daría cuenta de los bienes que obtendría, de todo lo que mi espíritu capitalizaría, al poderles superar que entendería con él, la razón del valor y la virtud, el camino de la sabiduría y de la beatitud, que no pensara que tendría de mi lado lo que yo creía que debería tener, como una familia, o unos hermanos, o unos hijos o una pareja o unos amigos, o un trabajo, o unos estudios, que eso solo sería una maestría para la única profesión que se obtiene en esta honrosa misión de ser sus hijos, sus amigos, sus servidores sus oradores, sus fervientes pregoneros de su fe y de su palabra, de su obra a su servicio.  Un oficio redentor, catártico, limpiador, elevador de conciencia, sensibilizador práctico y dinámico cuando se ejecuta con amor, cualquier acción en beneficio del prójimo, de la naturaleza, de quién bien nos necesita, todo elevado en su honor no porque él sea el del poder, sino porque todos unidos somos siempre él, así de que no podremos jamás estar separados, divididos exiliados, juzgados, oprimidos, asesinados, secuestrados, agredidos, porque sería hacérselo a él, como se lo hicimos cruelmente a su Madre a su Hijo y a tantos hermanos que por nosotros han muerto.

Te dejo Maestro, mi adultez y adolescencia donde aprendí que sólo Tú eras mi divina esencia, que no buscara por fuera la razón de dónde estabas, que sólo mirara por dentro primero, que mi corazón me diría y su lámpara encendería mostrándome su luz, que en la oración encontrara la fuerza de mi rendición, que en ella siempre tendría su amor y su bendición, que cada palabra elevada con amor hacia Él, era una forma preciosa de emitir de nuestra alma, el más bello sonido que de inmediato entraba en su Crística frecuencia y de ello obtendríamos correspondencia, gozo, gracia y plenitud.
 
Te dejo Padre mi perdón por todos mis errores, te dejo todos los amores que jamás yo comprendí y que pretendí que eran mi puerto seguro para mi futuro, mas nunca fue así y mis lágrimas rodaron, mas Tú me diste mis remedios, mi bálsamo, mi cura para lo que como mujer inmadura nunca alcancé a comprender. Te dejo también mis errores y las debilidades que aún no superé.  Sé que Tú eres Magnánimo, que siempre tienes a mano la clave para entender hasta dónde cada hijo tuyo puede llegarte a ofrecer.
 
Quiero dejarte mis libros, mis poemas, mis escritos que siempre tuvieron tu fuerza, tu impulso, tu motivo, tu fe en mí, porque sabías que yo bien los usaría para mostrar de alguna manera cómo se puede usar la palabra en bien de nuestros hermanos, de todo el que lo necesita, del que por algún medio sabe que Él envía su discípulo y creo que yo lo supe cumplir.
 
Quiero por último dejarte este mi final, mi último pedido, quiero morir sin ser para otros una dura carga, que se de mi despedida en un instante, que sé que Tú determinas, y que si es pronto y se avecina, esté bien preparada para esa última hora, donde espero con amor llegar muy cerquita de Ti, que ojalá Tú me recibas, que todo lo que yo hice y te ofrecí, bien valió la pena.  Te dejo todas mis horas buenas, mi alegría
mi música, mi valor y mi virtud.
 
Gracias Padre, Maestro y Amigo
 
Escrito por:  Victoria Lucía

1 comentario

remi -

Carlos Día,


Remi Soy de Bélgica (Europa)

Poco de diversión blog

Saludos desde Bélgica.

Mi blog:


http://blog.seniorennet.be/remi_fietsreizen