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CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

DESPEDIDA

DESPEDIDA

 

 

 

¡Lo más triste no es despedirse, sino no saber hacia dónde ir...!  ¡Y lo más triste no es despedir al que parte, sino no saber dónde y para qué te quedas!
  
Si toda la vida es un camino, y si toda la vida es una búsqueda, acéptalo, aunque te duela, toda la vida es una despedida.  ¡Y sólo aprendiste a vivir, cuando aprendiste a despedirte!  Y no habrás aprendido a caminar en libertad, buscando lo no alcanzado, mientras no te hayas despedido de lo andado y lo logrado.  La libertad y la valentía que no tienes para despedirte de todo lo dejado y lo perdido, son la libertad y la fuerza que te faltan para seguir andando. 
  
     Despídete de los padres que ya no necesitas, y cuida de ti mismo haciéndote responsable de tu vida.
     Despídete de los hijos que ya no te necesitan, y déjalos ser libres.
     Despídete de lo bueno que viviste,  sin apegarte al tiempo que pasó, por temor del presente  y el futuro.
    Despídete del mal que cometiste, sin atarte con culpas y reproches perdonándote a ti mismo.
     Despídete de las ofensas que te hirieron, sin esclavizarte en la prisión del rencor y la amargura.
     Despídete de los que, muriéndose, partieron para que dejes de esperar su regreso, y camines tu camino en la esperanza de encontrarte tú con ellos.
    Despídete, deja correr el río de la vida, llevándose las aguas que estás viendo, para que tengan lugar ante tus ojos las aguas que no viste todavía, y ya están viniendo.
  
Autor Desconocido

 

 

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