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CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

YO LOS CUIDARÉ

YO LOS CUIDARÉ

YO LOS CUIDARÉ
 
Un ebrio en un automóvil se pasó una semáforo en luz roja, el cual causó un accidente múltiple de seis autos.  Muchos cuerpos tendidos estaban por doquier y sangre regada por todos lados, las sirenas sonaban, la muerte estaba en el aire.
 
Una madre atrapada dentro de su auto fue escuchada, sobre todo por el ruido, su ruego casi rompe el aire: ¡Oh Dios, por favor salva a mis niños!.  Ella trataba de liberar sus manos atrapadas, pero el metal torcido la mantenía cautiva. Su mirada llena de terror se enfocó en donde el asiento trasero había estado, pero todo lo que vio fue vidrio roto y dos sillas de niños destruidas.  Sus gemelos no se veían por ningún lado; no los escuchaba llorar.  Ella rogó para que hubieran sido arrojados del vehículo. ¡Oh Dios, no los dejes morir!.
 
Los bomberos llegaron y la liberaron, pero cuando buscaron en la parte trasera, no encontraron niños, aunque los cinturones de seguridad estaban intactos. Ellos pensaron que la mujer estaba loca y que estaba en el auto sola, pero cuando trataron de interrogarla descubrieron que había desaparecido.  Varios policías la vieron corriendo sin rumbo, gritando más fuerte que el ruido de las ambulancias, y suplicando desesperadamente: ¡Por favor, ayúdenme a encontrar a mis niños!.  Ellos tienen cuatro años de edad y visten camisa y jeans azules.
 
Un policía habló, están en mi auto y no tienen ningún rasguño. Ellos dicen que su papá los puso ahí, y que les dijo que debían esperar a que su mamá regresara para que los llevara a casa.  El policía dijo que buscó por todos lados pero no pudo encontrar al padre.  La madre abrazó a los gemelos y dijo mientras se limpiaba las lagrimas: Él no pudo ser, ya que su padre murió hace un año.
 
El policía pareció confundido.  Los niños dijeron: mami, papi vino y dijo que te diéramos un beso por él, nos dijo que no debíamos preocuparnos que tú estarías bien, y luego nos puso en este auto con las luces brillantes y bonitas. Queríamos que él se quedara con nosotros porque lo extrañamos mucho, pero él nos abrazó muy fuerte y dijo que tenía que irse.  Él dijo que algún día entenderíamos y nos dijo que nos portáramos bien, y que te dijéramos que él siempre nos está cuidando.

La madre comprendió que los niños decían la verdad, ella recordó las últimas palabras de su padre: "Yo los cuidaré".
 
El reporte de los bomberos no pudo explicar cómo ninguno de los tres tenía heridas, cuando el auto había sido totalmente destruido. El reporte de la policía estaba escrito en letras muy pequeñas: Un ángel salvó la vida de estas personas ésta noche.
 
Autor Desconocido

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