DECÁLOGO DEL OPTIMISTA
DECÁLOGO DEL OPTIMISTA
Las personas optimistas;
Se aman así mismas, tienen un alto nivel de autoestima, se valoran y aprovechan lo mejor posible sus talentos personales innatos.
Aceptan a los demás como son, y no malgastan sus energías queriendo cambiarlos; sólo influyen en ellos con paciencia y tolerancia.
Son espirituales, cultivan una excelente relación con Dios y tienen en su fe una viva fuente de luz y de esperanza.
Disfrutan del "aquí" y el "ahora"; no viajan al pasado con el sentimiento de culpa ni el rencor, ni al futuro con angustia. Disfrutan la vida con buen humor y con amor.
Ven oportunidades en las dificultades; cuentan con la lección que nos ofrecen los errores y tienen habilidad para aprender de los fracasos.
Son entusiastas, dan la vida por sus sueños y están convencidos de que la confianza y el compromiso personal hacen milagros.
Son íntegros y de principios sólidos, por eso disfrutan de paz interior y la irradian. Comparten aún, en medio de problemas y crisis.
No se desgastan en la crítica destructiva, y ven la envidia como un veneno. No son espectadores de las crisis sino protagonistas del cambio.
Cuidan sus relaciones interpersonales con esmero, saben trabajar en equipo y son animosos sembradores de fe, esperanza y alegrías.
No se rinden ni se dejan aplastar, cuando tienen épocas difíciles, ya que saben que aún la noche más oscura tiene un claro amanecer y que, por encima de las nubes más densas, sigue brillando el sol; que todo túnel, por más largo y oscuro que sea, siempre tendrá otra salida, y que todo río siempre tiene dos orillas.
Autor Desconocido
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