Juzgar a otros; descubre a Dios que vive en ellos. Usar palabras hirientes; llénate de frases amorosas. Vivir descontento; llénate de gratitud. Estar con enojo; llénate de paciencia. Ser pesimista; llénate de esperanza. Andar con preocupaciones; llénate de confianza en Dios. Quejarte; llénate de aprecio por la maravilla que es la vida. Sentir amargura; llénate de perdón. Restarle importancia a los demás; llénate de compasión. Estar desalentado; llénate de entusiasmo. Tener pensamientos poco nobles; llénate de las verdades que fundamentan la espiritualidad. Alejarte de Dios; llénate de todo lo que a Él te acerque.
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