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CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

AMARGARSE LA VIDA ES FÁCIL

AMARGARSE LA VIDA ES FÁCIL

AMARGARSE LA VIDA ES FÁCIL
  
Es relativamente frecuente encontrarnos con personas instaladas en la amargura, en la tristeza, el pesimismo y el desinterés.  Todos conocemos a personas empeñadas en encontrar el lado negativo de todo lo que pasa a su alrededor: son los pesimistas tenaces.  Cualquiera de nosotros tiene motivos, casi cada día, para preocuparse o entristecerse, pero estropearse la vida a propósito es una habilidad que se aprende, no es suficiente con sufrir experiencias negativas.
  
CÓMO VIVIR EN LA AMARGURA Y LA INFELICIDAD
 
    Créate problemas, y si no tienes bastante con los tuyos asume como propios los de los demás, y recréate en ellos.
    Llena tu vida de complicaciones reales o ficticias y concede gran importancia a todos los sucesos negativos.
    Piensa que siempre tienes la razón, todo es blanco o negro, y solo existe una verdad absoluta: la tuya.
    Rechaza de entrada lo que digan los demás.
    Si la idea o propuesta no es 100% tuya, deséchala, seguro que no te aportará nada.
    Vive obsesionado.
    Piensa que tú eres el único responsable de lo que te ocurre y nunca creas que hay situaciones que escapan a tu control.
    El presente no merece la pena, piensa siempre en el futuro.
    Aplaza el disfrute de los placeres de este o aquel momento, porque no puedes saber lo que te deparará el futuro.
    Confórmate con lo malo conocido y no te arriesgues ante lo bueno por conocer.
    Tortúrate pensando en todo lo negativo que te podría ocurrir dentro de unos años.
    Jamás te perdones.  Llegarás a un punto en el que tan solo sentirás autocompasión.
    Elige un acontecimiento suficientemente negativo de tu memoria, conviértelo en recuerdo imborrable y tráelo a tu mente una y otra vez, hasta que solo vivas para pensar en ello.  Así, los acontecimientos cotidianos no absorberán tu atención.
 
QUÉ HACER PARA NO DEJARNOS INVADIR POR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

    Reflexionar sobre la influencia que nuestros pensamientos o interpretaciones tienen sobre nuestras emociones y conductas.
    Identificar los pensamientos que nos hacen sentir mal en una situación determinada.
 
Una vez identificados, debemos controlarlos, objetivarlos, anotarlos en un papel y asociarlos a las circunstancias que los crearon, para reflexionar sobre ellas.  Analizar estos pensamientos para ver hasta qué punto se corresponden con la realidad y en qué grado nos afectan.  Finalmente, busquemos pensamientos alternativos a los que nos hacen sentir mal, estos deben ser racionales y positivos.

 
Tema Preparado por el Grupo de Semillas de Vida    

 

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