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CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

EL BUZÓN DEL CIELO

EL BUZÓN DEL CIELO
EL BUZÓN DEL CIELO


Había una vez una niña a quien su abuelita se le murió. Era una niña muy pequeña y no podía entender, el porqué ya no podía visitar mas a su abuelita. Siempre la extrañaba cuando hacían galleticas, cantaban canciones y bailaba en compañía de su abuelita. Además, extrañaba oír la historia de "La Llorona" y otros cuentos populares.
 
Pero lo que más extrañaba, era mandarle notas a escondidas. Así que le escribió una cartita y la depositó en el buzón. Al día siguiente, el cartero le regresó la cartita y le dijo:
-    "Lo siento, pero no pude entregar la carta a tu abuelita".
 
La niña le dio la carta a su maestra, pero ella dijo:
-    "Yo no sé dónde vive tu abuelita".
 
La niñita no sabía qué hacer, extrañaba muchísimo a su abuelita. Entonces fue con su mamá y le preguntó:
-    "Mamita, extraño mucho a mi abuelita, ¿Cómo podría mandarle una cartita?"

Su mamá le contestó:
-    "Querida hijita, abuelita vive en el cielo y allí no hay buzones.
 
La pequeña niña se puso muy triste y dijo:
-    "¿Por qué no, mamita?, abuelita dijo que yo siempre le podría escribir.
 
Su mamá le contestó muy triste:
-    "No creo que lo entiendas" (Esa es la manera en que a veces las madres les hablan a sus niñas pequeñas).

La niñita estaba decidida, no le gustó la respuesta, así que se dijo así misma:
-    "Yo misma voy hacer un buzón para el cielo".
 
La pequeñita se fue a su recámara y sacó todos sus juguetes. Entonces pintó la caja de los juguetes y la decoró con pintura mágica, le dibujó ángeles, corazones y flores y otras cosas que le recordaban el cielo. La terminó con una hermosa cruz que su abuelita le había dado: así Dios dejaría pasar el correo al cielo.

La pequeña niña depositó la cartita en el buzón del cielo, pero la cartita se veía tan pequeña en la caja. Así que fue con su mamá y le preguntó:
-    "Mamita, tú sabes que extraño mucho a mi abuelita. También te escucho llorar cuando estás sola, ¿por qué no le escribes a mi abuelita y mandas tu cartita por correo en mi buzón del cielo?".
 
Su mamá escribió, solamente para tener a su hija contenta, pero cuando puso la carta en el buzón, se sintió mucho mejor. Entonces su mamá le platicó a sus amistades y aún a los extraños sobre éste maravilloso buzón que su hija había hecho para su abuelita. Ahora los visitantes de todas partes del mundo mandan cartitas a todos esos seres queridos que están en el cielo.

Tú también puedes usar el buzón del cielo de la niñita. Solamente escribe una cartita para alguien que esté en el cielo. Tú podrías decirle "Te extraño," "Siento pena por ti", alguna cosa que se te haya olvidado, o simplemente una pequeña cartita que salga de tu corazón. Deposítala en el buzón y cuando veas que alguien te sonríe... ¡Sabrás que fue recibida en el cielo!
 
Ginette R. Rondeau y David Di Julio
 
UN PEDAZO DE CIELO
 
Si muero antes que tú, hazme un favor:  Llora cuanto quieras, pero no te enojes con Dios por haberme llevado.  Si no quieres llorar, no llores.  Si no logras llorar no te preocupes.  Si quieres reír, ríe.  Si algunos amigos te cuentan algo de mí, óyelos y cree lo que digan.   Si me elogian demasiado, corrige la exageración.  Si me critican demasiado, defiéndeme.  Si  quieren hacerme un santo, sólo porque he muerto, di que yo tenía algo de santo, pero estaba lejos de ser el santo que pintan.  Si quieren hacerme un demonio, muestra que yo tal vez tuve algo de demonio, pero toda la vida procuré ser bueno y buen amigo.  Si intentan canonizarme di que yo nunca quise ser incensado en vida. Si hablan más de mí que de Cristo, llámales la atención.  Si sientes tristeza y deseas rezar por mí, puedes hacerlo, pues quizás necesite tu oración.

Si quieres hablar conmigo, habla con Jesús y yo lo escucharé. Espero estar con Él lo suficiente para continuar siendo útil para ti donde esté. Y si quieres escribir algo sobre mí, di solo una frase:  ¡Fue amigo, creyó en mí y me quiso para Dios!  ¡Era una flecha que vivía apuntando en dirección a Dios!  Ahí, entonces, derrama una lágrima.  Yo no estaré presente para enjugarla, pero no hace falta, pues otros amigos lo harán en mi lugar.  Y viéndome bien sustituido, iré a atender a mi nueva tarea en el cielo.
 
Pero de vez en cuando, da una escapadita hacia Dios; no me verás, pero yo estaré muy feliz viéndote a ti mirar hacia Él. Y cuando llegue para ti la hora de ir a ver al Padre, ahí donde nadie puede separarnos, viviremos la amistad que aquí nos preparó para Él. 
 
¿Crees en estas cosas?  Entonces, reza para que los dos vivamos como quien sabe que va a morir un día y que muramos como quien supo vivir bien.  La amistad sólo tiene sentido si hace el cielo más cercano y si aquí inaugura su comienzo.  Pero, si yo muero antes que tú, creo que no voy a extrañar el cielo...
 
Ser tu Amigo, ya era un Pedazo de Cielo...
 
Autor Desconocido
 
ORACIÓN
 
Sólo Dios puede dar la fe, pero tú puedes dar tu testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza, pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.
Sólo Dios puede dar amor, pero tú puedes enseñar a amar a los demás.
Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes suscitar la concordia.
Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes sostener al desfallecido.
Solo Dios es el camino, pero tú puedes mostrarlo a los demás.
Sólo Dios es la luz, pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida, pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir.
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible, pero tú puedes hacer lo que es posible.
Sólo Dios se basta a sí mismo, pero prefiere contar contigo.
Sólo Dios puede devolver la vida, pero quiere que primero, nazca en ti la fe.

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