Blogia
CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

¿A TI QUIÉN TE CONDENA?

¿A TI QUIÉN TE CONDENA?

¿A TI QUIÉN TE CONDENA?

Dos hombres fueron condenados el mismo día.  La sentencia consistía en que en un día determinado, en veinte años, serían torturados lentamente hasta la muerte.  Al escuchar la sentencia, el más joven se retorció de la pena y del dolor, y a partir de ese día, cayó en una profunda depresión.  "¿Para qué vivir?" se preguntaba", si de todas maneras van a arrebatarme la vida, y de una manera inconcebiblemente terrible?"

Desde ese día nunca fue el mismo.  Cuando alguno de sus cercanos, compadecido por su estado, le ofrecía apoyo para tratar de alegrarlo, respondía rencorosamente diciendo:
-    Claro, como tú no tienes que cargar mis penas, todo te parece fácil.

En otras ocasiones también replicaba:
-    Tú no sabes lo que sufro, no es posible que me entiendas...
 
Y, a veces, alegaba en voz alta:
-    ¿Para qué me esfuerzo, si de todas formas me harán cumplir la sentencia?
 
Y así, poco a poco, el hombre se fue encerrando en su amarga soledad y murió mucho antes de que se cumpliera el plazo de los veinte años. 

El otro hombre, al escuchar la sentencia, se asustó y se impresionó, sin embargo a los pocos días resolvió que como sus días estaban contados, los disfrutaría.

Con frecuencia afirmaba:
-    No voy a anticipar el dolor y el miedo empezando a sufrir desde ahora.

Otras veces decía:
-    Voy a agradecer con intensidad cada día que me quede.

Y en vez de alejarse de los demás, decidió acercarse y disfrutar a los suyos, para sembrar en ellos lo mejor de sí.  Cuando alguien le mencionaba su condena, respondía en broma:
-    Ellos me condenaron, pero yo no me voy a condenar sufriendo anticipadamente; por ahora estoy vivo.

Fue así que, paulatinamente, se convirtió en un hombre sabio y sencillo, conocido por su alegría y su espíritu de servicio, tanto, que mucho antes de los veinte años, le fue perdonada su condena.
 
Autor Desconocido
 
DEJARSE INMOVILIZAR POR EL PASADO
 
Muchas personas dicen que no pueden disfrutar del día de hoy a causa de algo que sucedió en el pasado.  Como antes no hicieron algo, o no lo hicieron de cierta manera, no pueden vivir plenamente el ahora.  Como ya no tienen algo que tuvieron, no pueden disfrutar del presente.  Porque en el pasado alguien los hirió, ahora no quieren aceptar el amor.  Como una vez que se comportaron de cierta manera les sucedió algo desagradable, están seguros de que volverá a sucederles si actúan de ese modo.  Porque una vez hicieron algo de lo cual se arrepienten, se consideran para siempre malas personas.  Alguien les hizo una mala pasada en una ocasión, y ahora están seguros de que su vida no es lo que ellos quisieran por culpa de aquella persona. Porque en el pasado una situación los indignó, ahora se aferran virtuosamente a aquella indignación.

Debido a alguna antigua experiencia en se sintieron maltratados, jamás han querido perdonar ni olvidar.  Lo que muchas veces nos negamos a reconocer, es que aferrarnos al pasado haya sido lo que haya sido y por más terrible que fuera, sólo sirve para hacernos daño.   Si nos negamos a vivir plenamente el momento presente, sólo nos hacemos daño a nosotros mismos.  El pasado pasó, pertenece al ayer y no es posible cambiarlo.  Este momento es el único en que podemos vivir. 

Hasta cuando nos quejamos del pasado, nuestro recuerdo de él se da en el presente, y en el proceso nos estamos perdiendo la verdadera vivencia de este momento.

Louise Hay
 

0 comentarios