LA VERDAD, MI VERDAD, TU VERDAD
LA VERDAD, MI VERDAD, TU VERDAD
Uno de los valores más confusos de la humanidad, es la verdad. ¿En qué lugar del mundo reside la verdad?. La buscamos en nuestra familia, en los amigos, en las religiones, en nuestra vocación, y no logramos encontrarla.
El mundo en el que vivimos, es un círculo viciado de la verdad, al final de cuentas, eso nos enseñan, y eso aprendemos. La verdad no tiene un sitio en especial para vivir, no es exclusiva del cielo, ni de la tierra. Si quieres buscarla, encontrarla y vivir dentro de ella, solo tienes que asomarte a tu corazón. Ahí se encuentra la verdad; tu verdad.
La verdad no se puede generalizar porque parte de cada corazón, de cada ser. Cada persona es un ser único, por lo tanto guarda un mundo diferente y una verdad diferente. Todas las verdades son válidas si provienen del corazón.
Desde que nacemos, vivimos en una lucha constante contra nuestra verdad. Nos acostumbramos a buscar la aceptación y el amor de la gente igualando nuestros pensamientos y creencias con la de los demás, adoptamos sus formas de dirigirse y de actuar aunque esto signifique ahogar tanto la voz de nuestro corazón que termine siendo inaudible ante nuestros oídos, ocultándonos a nosotros mismos nuestra propia verdad, nuestra razón de vivir, y nuestra propia identidad. Entonces nos olvidamos de vivir nuestra vida y empezamos a vivir como quieren los demás que vivamos, nuestra vida se convierte en un continuo suicidio, en una alarma silenciosa, que nos indica que caminamos con un cuerpo físico vivo, pero con el alma muerta.
Cristo dijo: "La verdad os hará libres". A esta frase se le pueden buscar mil interpretaciones, y cualquier perspectiva, siempre será igual: ¿quieres libertad? ¡Vive dentro de la verdad!. Practícala hasta en las cosas más simples de tu vida.
Cuanto te inviten a un sitio al que no deseas asistir, no inventes pretextos, será difícil recordarlos y defenderlos después, menciona tus motivos y deja la puerta abierta para otra posible invitación. Tus creencias, pensamientos, y sentimientos valen. Defiéndelos y no trates de convencer a nadie con tu ideología, recuerda que cada quien tiene su propia verdad, limítate a comentar tus puntos de vista, y recibe libremente los de los demás, crea un intercambio de opiniones, sin apasionamientos.
Abre tus oídos a la voz del corazón, es tu mejor guía. Las intuiciones, tus gustos, tu vocación, las cosas que te llenan de energía y te hacen feliz, son los caminos del corazón y son tu verdad. Lo que te hace sufrir, lo que desgasta tu energía, lo que te desagrada, son las indicaciones de que estás equivocando el camino. Ahí es donde es necesario cambiar.
La verdad no es el dolor, es el amor. La verdad es un compromiso con nosotros mismos, es asumir nuestra responsabilidad y dejar de culpar al destino, a la gente y a las circunstancias, de nuestra mala suerte.
TU VERDAD
Algunas veces, es prudente callarla por caridad con el necio. Pero si crees que debes hablar, di siempre la verdad, porque aún aquellos que en primera instancia te condenen, más tarde acabarán respetándote, acabarán humillándose, no ante ti, sino ante el peso de su propia farsa.
Sé fiel contigo mismo y no temas por los resultados. No quieras alcanzar la cima descuidando la firmeza de cada paso. Que la suave cadencia de tu andar tenga la solidez imperecedera de lo cierto; porque entonces ni el huracán, ni el rayo podrán borrarlos. Mientras que si edificas sobre lo falso, pronto verás desmoronarse tu obra.
Que no ahoguen tu sentir el miedo y la comodidad, que no sea la indiferencia el escudo de tu idiotez, porque sin heroísmo, ¿qué vale la vida? Por muy largo y erudito que resulte tu discurso, si carece de sinceridad caerá en el vacío. Todo será como si no hubieses dicho nada, porque el tiempo sepulta implacablemente, y sólo ha de permanecer brillante entre las sombras aquello que en esencia tiene algo de eterno.
Pon siempre la verdad por encima de ti, porque tú tienes errores, pero ella es perfecta. Y sobre todo, ten la valentía de gritarla aún siendo tú el perjudicado; ya verás como siempre sales ganando.
Autor Desconocido
DEBO SER
Debo ser fuerte sin ser rudo
Ser amable sin ser débil
Aprender con orgullo pero sin arrogancia
Aprender a ser gentil sin ser tonto
Ser humilde sin ser tímido
Ser valioso sin ser agresivo
Ser agradecido sin ser servil
Meditar sin ser flojo.
Por eso te pido Señor;
Dame grandeza para entender
Capacidad para retener
Método y facultad para aprender
Sutileza para interpretar
Gracia y abundancia para hablar.
Dame acierto al empezar
Dirección al progresar
Y perfección al acabar.
"Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde Tú quieres".
Amén
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