LA TRANSFORMACIÓN
LA TRANSFORMACIÓN
Un hombre recibió, cierta vez, la visita de algunos amigos, que al verlo viejo y sabio, le pidieron que les enseñara cuál era la manera de orar y qué debían pedirle a Dios.
El hombre sonriente, les respondió:
- Al principio, yo tenía el fervor de la juventud que cree en lo imposible. Entonces me arrodillaba ante Dios, y le pedía que me diera fortaleza para cambiar a la humanidad. Al poco tiempo, vi que era una tarea que iba más allá de mis fuerzas. Entonces comencé a pedirle a Dios que me ayudara a cambiar lo que estaba a mi alcance. Pero sólo ahora, al final de mi vida, es que entendí el pedido que debí haber hecho desde el principio: que yo fuese capaz de cambiarme a mí mismo.
Paulo Coelho
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