¿QUÉ SERÁ DE ESE NIÑO?
¿QUÉ SERÁ DE ESE NIÑO?
¿Qué será de ese niño que, cuando era pequeño miraba a Dios, y siendo adulto se alejó de Él?
¿De ese niño que, siendo pequeño se estremecía con las estrellas, y siendo mayor vive de espaldas a ellas?
¿De ese niño que, cuando era pequeño se asombraba ante el misterio, y al crecer se endureció como la roca?
¿Qué será de ese niño, que todos llevamos dentro?
¿De ese niño que, cuando era pequeño hablaba con Dios, y al hacerse adulto rompió toda comunicación con Él?
¿De ese niño que, cuando era pequeño tenía como confidente al Señor, y al medir metro y medio, lo dejó a un lado?
¿De ese niño que, cuando era pequeño agradecía la mano de Dios, y al subir los primeros peldaños de su existencia, cayó en el olvido?
¿Qué será, de ese niño, que todos llevamos dentro?
¿De ese niño que, cuando era pequeño su cuna era mecida por Dios, y al mirar hacia el futuro prefirió otros movimientos del mundo?
¿De ese niño que, cuando era pequeño se retiraba al silencio de una iglesia, y al hacerse mayor prefirió los ruidos de las calles y de las plazas?
¿De ese niño que, cuando era pequeño veía a Dios con ilusión, y al alcanzar la serenidad de la vida vive sin el pan de la Eucaristía?
¿Qué será, de ese niño, que todos llevamos dentro? Como Juan Bautista:
¿Naceremos para una vida despuntando hacia Dios?
¿Recorremos desiertos para llenarnos del Señor?
¿Nos sentiremos pequeños ante el que está por venir?
¿Sentiremos la mano poderosa de Dios?
¿Seremos grandes por ser, precisamente, pequeños?
¿Seremos señales u obstáculos para la llegada del Señor?
¿Qué será, amigos, de ese niño de Dios, que todos llevamos dentro?
Padre Javier Leoz
Navarra - España
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