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CARLOS MARIO GALLO MARTÍNEZ

A PESAR DE LAS ESPINAS

A PESAR DE LAS ESPINAS


A pesar de las espinas:

    Aprendí a mirar las estrellas, alumbrando los sueños con ellas, a mirar los colores del viento y a sentir el sabor del silencio.
    Aprendí a encender ilusiones y a escuchar hablar a los corazones, con palabras calladas, con matices de mil sensaciones.

¿Que cómo aprendí a vivir y cuándo aprendí a querer?  ¿Que cómo aprendí a sufrir?  ¿Cuándo?, ¿Cómo?, no lo sé.

    Cuando un día, el dolor tomó mi mano, conocí de frente la tristeza, la pena y el llanto se marcharon al sentir el amor y su grandeza.
    La soledad, querida compañera, la que con tanto miedo rechazaba, me mostró la paz y la armonía de los momentos que con ella estaba.
    Comprendí el sentido de la vida viviendo el amor y la desdicha, sintiendo la alegría y la tristeza, conociendo lo breve de la vida.
    Aprendí el valor de la paciencia, a calmar los vientos de mi ira, a llenar con mares de esperanza las zonas más oscuras de mi vida.

    Es así, que aprendí a vivir. Por todo ello…. ¡Aprende a vivir sin espinas!  ¡No empieces el día de hoy, con la espina de ayer!
    El día de ayer, todos los días y años anteriores han pasado ya, están enterrados en el tiempo, y ya no puedes cambiar nada en ellos.

¿Te han quedado espinas?

 
    ¡No las traigas arrastrando! libérate de ese equipaje; porque seguirás pinchándote cada día hasta no dejarte vivir.
    Hay heridas de espinas que puedes curar si sabes perdonar de veras.  Pero hay heridas de espinas que no podrás curar con todo el amor de este mundo.
    ¡Pues olvídate de que existen!  ¡Quita el cristal de aumento, que pones encima de tus desdichas!
    Muévete, grita, llora, respira profundo y trata de ser feliz. 
    De cada espina que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas, hemos podido conservar la capacidad de tener experiencia, y luego más adelante poder tomar las mejores decisiones.

Autor Desconocido 

 

 

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