PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD
								
				
				 
    Nadie va a darme la felicidad, sólo yo puedo  conseguirla.
En este  principio, el ser humano toma la responsabilidad de su vida e inicia una  búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tanto  busca.
    Yo soy un ser único en toda la  tierra.
En este principio se dan  las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas reciban de parte de  otras; cualquier comentario que deprima a una persona podrá ser anulado bajo  este principio, ya que la persona reconoce que es un ser único e  irrepetible.
    Lo que recibo ahora es lo que  sembré ayer, y lo que siembre ahora será lo que reciba  mañana.
Este principio permite al ser humano  reconocer que los problemas actuales son resultado de acciones incorrectas del  pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es el indicado para ir  sembrando un futuro.
    Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente  tiene valor en mi vida.
    Decido lo que debo hacer en este  momento.
Es decir, el ser humano entiende que es el único  que puede decidir qué hacer en ese instante.
    Sólo en el amor y en la paz  interior puedo tomar las decisiones correctas.
Es decir, si hemos de  actuar en el tiempo presente, tendremos que hacerlo en paz y con amor, pues de  esta manera, las acciones que tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta  capacidad tanto de servicio como de inteligencia.
    En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de  los demás.
Es decir, tomaré aquellas decisiones  que beneficien a la mayor cantidad de personas; de esta forma, mi vida se estará  encaminando hacia la más alta gloria que es la de recibir la compensación por el  servicio prestado a los demás.
    Mi rostro es el reflejo de mi  estado interior.
Es decir, cuidemos siempre el aspecto de  nuestro rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los ojos se encuentren  siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma estaremos  reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar en el sendero de la  felicidad.
    Soy una persona al servicio de la  humanidad.
Es decir, todo lo que yo haga, todo lo que yo diga, todo lo  que yo piense o sienta, servirá para gloria de la humanidad, o bien, para  perdición de ella.
    Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los  demás.
Este último principio da  sentido a nuestra existencia, y, a la vez, orienta nuestros esfuerzos hacia el  beneficio de toda la humanidad.
Kwan Yin
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