UNO CRECE
Cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.
Cuando acepta la realidad y tiene el aplomo de vivirla.
Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.
Cuando asimila lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
Cuando supera, se valora y sabe dar frutos.
Cuando abre camino dejando huellas, asimila experiencias y siembra raíces.
Cuando se impone metas sin importarle los comentarios negativos ni los prejuicios.
Cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento y humano por nacimiento.
Cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores y de encenderse con residuos de amor.
Cuando ayuda a sus semejantes.
Cuando se conoce a sí mismo y le da a la vida más de lo que recibe.
Cuando se planta para no retroceder.
Cuando se defiende como águila para no dejar de volar.
Cuando se clava como ancla e ilumina como estrella.
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